PERSONAS SIN HOGAR: EL BUCLE CULPABILIZACIÓN- POLÍTICAS DE MACROCENTROS -CULPABILIZACIÓN... La vivienda como premio vs la vivienda como Derecho

Después de muchos años interviniendo directa e indirectamente con personas sin hogar, mi llegada a la Fundación RAIS me ha permitido encajar algunas piezas que me faltaban del puzle, sintiéndome muy agradecida, al mismo tiempo que orgullosa, de la entidad donde actualmente trabajo*.
Podemos considerar que el fenómeno del sinhogarismo es de origen multicausal y su abordaje requiere respuestas eficaces lideradas por diferentes agentes y a diversos niveles: político, institucional y técnico. De manera intencionada, dejo fuera de este grupo de responsabilidad a la sociedad civil, considerando que nuestro Estado de Bienestar debe ser garante de un Derecho fundamental y humano como es el Derecho a una vivienda. (Artículo 47 de la C.E.)
En ocasiones percibo que en España nos encontramos en fase de retroceso o estancamiento en los años 90, resultando alarmante que las bases de las políticas sociales de vivienda estén fundamentadas en la culpabilización a las personas sin hogar. De ahí, la idea y defensa intrínseca, pero a ultranza, de que las personas privadas de una vivienda "tienen lo que merecen porque no contribuyen en el progreso de la sociedad". Seamos sensatos: en el fondo radica esa idea...
Se trata de un discurso perversamente extendido y que sirve esencialmente para fundamentar unas políticas sociales negligentes en materia de vivienda, y lejanas al derecho de ciudadanía.
Y, desde este discurso inducido que se encuentra en el imaginario colectivo, analicemos la respuesta política más extendida: invertir en recursos de emergencia y macrocentros de acogida desde los que (¿se pretende?) que "surja" la recuperación social de las personas ... Y no surge, y los/as profesionales que tenemos algo de recorrido en este campo, ciertamente lo sabemos. La recuperación social se produce sólo cuando una persona dispone de una vivienda y, en caso necesario, de un profesional que lo acompaña en su proceso.
Las respuestas para acabar con el sinhogarismo han sido múltiples a lo largo de la historia de este país pero no han existido soluciones. ¿Dónde radica la perversión del sistema? Precisamente en ese tipo de respuestas, que sirven para invisibilizar (o esconder) a las personas y que las aboca a continuar en situación de exclusión socio- residencial. Desde ahí, es fácil de entender su incidencia en el imaginario colectivo y que el imaginario colectivo alimente, en justa reciprocidad, este tipo de respuestas. Culpabilización - políticas de macrocentros - culpabilización: un bucle que conduce a las entidades sociales, y a muchos/as de sus profesionales vinculados/as, a legitimar (quizá de una manera poco reflexiva) el concepto de "la vivienda como premio" y, como los recursos son escasos, "tan sólo los que más se esfuercen, son merecedores de una vivienda", alimentando así la competitividad entre pobres para acceder a recursos básicos. /Si os interesa esta reflexión, os animo a leer sobre "staircase" o sistemas "en escalera"/.
En palabras de Albert Sales, existe un "riesgo alarmante de alberguerización" y me inquieta tanto este tipo de políticas como el hecho de que los agentes de incidencia y transformación social (ONGs) perdamos la perspectiva y perdamos el foco de la "vivienda como derecho". Y es que puede no lo verbalicemos, pero lo cierto es que los/as profesionales de la acción social, nos acabamos convirtiendo en jueces que valoran si una persona merece una vivienda/recurso o si merece permanecer pernoctando en la calle. /cuántas veces he ejercido ese rol...me remueve re-conocerme.../
Asimismo, las entidades no gubernamentales (y ya de paso, empresas privadas) acaban convirtiéndose en gestoras de centros de emergencia y dispensadoras de servicios básicos escasos, alimentando (insisto, quizá irreflexivamente o quizá por pura supervivencia) la perversión del sistema.
El problema radica en que sí que existen soluciones y son soluciones basadas en la vivienda (enfoque Housing Led), pero las mismas, por alguna razón, no son objeto de la voluntad política. A pesar de que estas soluciones tienen un coste social y económico inferior al de los albergues o recursos de emergencia transitorios, el sistema y la sociedad no han llegado a interiorizar la idea de que las personas sin hogar no son personas vulnerables, son personas vulneradas y aquellos modelos de acogida tradicionales potencian y retroalimentan esta flagrante vulneración de derechos humanos.
En este punto deseo dejar este artículo, pero en los próximos escribiré sobre soluciones Housing Led, profundizando en algunos modelos eficaces como Housing First o viviendas convivenciales con apoyos sociales.
* Especial mención a Alejandro Bernal y a Alejandra Puente. GRACIAS por todo y por tanto...